Desde
la galería Este del claustro románico se
accede a la Capilla de San Dionís,
construcción mudéjar fechada en los siglos
XIV
y XV.
El valor y la importancia de este espacio trascienden
los muros de la Catedral y de la ciudad.
El Rey Teobaldo I de Navarra funda una Real Cofradía
encomendada a este Santo de gran predicamento en suelo
francés y es trasladada al reino de Navarra, a esta
Colegiata de Tudela, por su hijo Teobaldo II. El
aumento de los cofrades provoco la necesidad de
configurar un nuevo espacio para el culto. Por esta
razón, en 1418 el Cabildo Colegial autoriza la
construcción de la capilla.
Lamentablemente no se conoce el paradero del ajuar y del
mobiliario litúrgico de los primeros siglos. Pero
gracias al laborioso empeño de la limpieza del
artesonado se ha podido recuperar una parte importante
de la policromía mudéjar que nos permite hacernos una
idea en cierta medida el aspecto original de su
construcción.
Uno de los momentos de mayor esplendor de la capilla se
da a comienzos del siglo XVII, cuando las Cortes de
Navarra nombran simbólicamente al antiguo reino patrono
de la Cofradía. Es en este siglo cuando se realiza el
retablo barroco que alberga el magnífico busto relicario
de San Diónis. Se puede admirar el escudo de Navarra en
varios detalles de esta obra de arte, la parte superior
del retablo y la parte trasera de la capa que porta el
santo.